El Observatorio Astronómico Nacional presenta los fenómenos más atractivos que tendrán lugar en la bóveda celeste este mes: planetas, eclipses, lluvias de meteoros, curiosidades cósmicas y toda la información para disfrutar del Cosmos.
En el mes de enero se suelen dar en nuestro país algunas de las mejores noches para la observación astronómica. Con casi 14 horas de duración, las noches de enero todavía se encuentran entre las más largas del año, y cuando los cielos están despejados y las temperaturas son bajas, la atmósfera suele estar muy transparente y estable. El 4 de enero fue el día del perihelio, momento en el que la Tierra se encuentra en su punto de máxima aproximación al Sol. En esa posición, la Tierra se encuentró a 147.096.200 kilómetros del astro rey, esto es, 5 millones de kilómetros más cerca que en la posición del afelio por la que pasamos el 4 de julio pasado.
El plenilunio tuvo lugar el 5 de enero. Esta luna se llama en algunas culturas \’Luna llena del lobo\’, evocando noches frías y nevadas en las que puede oírse el aullar de ese animal. La Luna pasó por el punto más alejado de la Tierra (apogeo) el día 9, a 405.405 kilómetros de la Tierra, y por el punto más cercano (perigeo) el día 21, a tan solo 359.656 kilómetros. El novilunio tendrá lugar el día 20.
Este mes podremos disfrutar de la observación de cinco planetas. Mercurio se verá en el crepúsculo hasta el día 21, pero como siempre muy bajo en el horizonte. Venus también acompañará al Sol en el ocaso; según avance el mes pasará de Sagitario a Capricornio y será visible cada día un rato más largo al anochecer hacia el Oeste-Suroeste. Marte, pasará de la constelación de Capricornio a la de Acuario y podrá ser visto durante las 2 ó 3 primeras horas de la noche también por el Oeste, más alto que Venus. Júpiter, que se encuentra en Leo, se levantará unas dos horas después del anochecer y permanecerá visible hasta el amanecer. Saturno, entre Libra y Escorpio, será visible durante unas 2 ó 3 horas (dependiendo del día del mes) por el Este antes de que despunte el día.
En el crepúsculo del día 10 de enero, Mercurio y Venus se pudieron observar muy próximos (a tan solo 0,6 grados de distancia, esto es aproximadamente, el tamaño de la Luna llena) a baja elevación sobre el horizonte; a partir de ese día los dos planetas irán separándose hasta el día 21, cuando Mercurio dejará de ser visible. El día 22, una hora y media tras la puesta de Sol, Venus y Marte serán observables por el Oeste junto con el fino filo de la Luna creciente y, a esa misma hora por el Este, podremos ver a Júpiter levantándose sobre el horizonte. El día 24, al alba, con un buen telescopio podrá observarse un raro fenómeno en Júpiter: las sombras de tres de sus lunas (Io, Calisto y Europa) se proyectarán sobre la superficie anaranjada del gigante gaseoso.
A primeros de mes, hasta el día 6 tuvo lugar la lluvia de las Cuadrántidas. Su máximo de actividad tuvo lugar el día 3. Junto con las Gemínidas, que suceden en diciembre, éstas constituyen una de las lluvias más activas del año. Las Cuadrántidas están producidas por fragmentos del asteroide 2003EH1, que parece ser el resto de un cometa (C/1490 Y1) hoy apagado o extinto, pero que fue observado por astrónomos del este de Asia hace más de 5 siglos. Como la Luna llena fue el 5, este año no es el mejor para observar esta lluvia de estrellas.
El cometa Lovejoy C/2014 Q2, que fue descubierto el pasado mes de agosto desde Australia, ha venido aumentando su brillo hasta llegar a ser visible, desde el hemisferio sur, con binoculares o un pequeño telescopio, incluso podía verse al ojo desnudo al final de mes de diciembre pasado. El cometa se empezará a avistar desde el hemisferio norte a principios de enero y, según se acerque a la Tierra y al Sol, se verá cada vez más brillante. Su máximo acercamiento a la Tierra fue el día 7, cuando se encontró a 70 millones de kilómetros de nuestro planeta. Después se irá alejando de nosotros, pero continuará aproximándose al Sol hasta acercarse a unos 200 millones de kilómetros en su perihelio. Durante un periodo de unas dos semanas (desde el 7 hasta el 21 de enero), el cometa alcanzará su brillo máximo visto desde la Tierra. Esos serán los mejores días para su observación, cuando posiblemente llegue a ser bien visible a simple vista, tras el anochecer, cruzando las constelaciones de Taurus y Aries.
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