El acelerador de partículas LHC se ha vuelto a poner en marcha el 5 de abril de 2015, después de que un cortocircuito obligara a detenerlo. Es la primera vez que el mayor acelerador de partículas del mundo se pone a trabajar tras dos años de parón.
Los operadores del LHC intentarán hacer circular los haces de protones en ambos sentidos a una energía de inyección de 450 gigaelectronvoltios (GeV). Las primeras colisiones estables entre protones se esperan para finales de mayo o principios de junio, a 13 teraelectronvoltios (TeV), el doble de lo alcanzado en la fase anterior de funcionamiento de esta gran máquina científica.
Lo que se espera en esta segunda fase de trabajo del Gran Colisionador de Hadrones, en la frontera entre Francia y Suiza, nadie lo sabe. Tras dos años de reparación y acondicionamiento, el acelerador va a funcionar al doble de potencia y cruzará una frontera de la física nunca antes traspasada. Ninguna máquina humana ha conseguido generar tal energía, o lo que es igual, ninguna máquina había podido producir partículas con tanta masa. Entre esas partículas podrían encontrarse las que componen la materia oscura o la supersimetría, posibles claves para empezar a entender lo que los físicos llaman el universo oscuro, o desconocido, y que supone el 95% del cosmos.
En la anterior tanda de experimentos había un objetivo claro, descubrir el bosón de Higgs. Esta vez, el LHC va a pisar tierra virgen y nadie sabe qué puede hallar. Esta vez el higgs dejará de ser la estrella, pero aún queda mucho por medir, entre otras cosas su anchura exacta.
Fuente: Materia