La situación del sector del turismo rural es dramática, este texto va de indignación por un lado y de soluciones por el otro.
Advertencia, el que espera condescendencia que no lo lea.
Del 6 al 7 de junio se llevó a cabo el I Congreso de Turismo Rural en Avila bajo el lema “Retos y Oportunidades” organizado por la Diputación de Ávila con la ambiciosa «finalidad de poner de manifiesto los nuevos retos del sector, analizar las claves necesarias para aumentar la competitividad, y estudiar los problemas que actualmente se plantean, con la intención de proponer y debatir nuevos modelos y enfoques».
¿A qué tiene buena pinta? Pues no. Para ser elegantes, fue una gran decepción.
Un congreso pretencioso en sus intenciones y carente de seriedad y rigurosidad en su contenido. De hecho entre todos sus disertantes no había ni un sólo propietario o Asociación para exponer su punto de vista.
Pero lo que no faltó: políticos rizando el rizo y figurando para las fotos. También estaban los representantes de los portales que venden alquileres en general y Bloggers de viajes.
Sobra decirles que tan encumbradas pretensiones nunca se cumplieron ni por lo bajo.
Vamos por partes.
Por momentos estos actores hablaban como tertulianos devenidos en expertos del Turismo Rural, como si llevarán un diccionario bajo el brazo con las claves de lo que nos pasa a los que estamos todos los días al pié del cañón y por supuesto ofreciendo fórmulas mágicas para superar los problemas de este sector.
Pero adivinen…
¿Alguno de ellos mencionó, habló o abrió debate sobre el turismo ilegal o el llamado intrusismo que nos está dejando sin mercado y poco poco lo está constriñendo como una gran boa? Pues no.
Es increíble, en estos momentos de crisis profunda, donde políticamente dependemos, por un lado, de la macro economía que dicta Berlín y por el otro (en ese escaso margen de cintura que queda) tenemos a una panda de políticos inoperantes, inútiles y corruptos que se dejan influenciar a veces por lobbies y otras por una vagancia extrema, tenemos que aguantar que se haga un congreso de Turismo Rural sin oficio ni beneficio. Desperdicio de tiempo y recursos que nadie tiene.
Este congreso pretendió «analizar los problemas» sin mencionar el origen del cáncer que nos está matando día a día, el intrusismo. A partir de ahí todo lo demás fue totalmente inútil.
Para el que todavía no lo sepa, explicaré brevemente, lo que significa el intrusismo en turismo rural: es cuando gente que tiene una casa en el pueblo la alquila, en negro, sin pagar seguros, impuestos, sueldos, seguridad social, sin encuestas del INE, ni fichas a la Guardia Civil (obligatorias sino hay multa) y tampoco está supeditada a controles de la Dirección o Consejería de Turismo de ningún tipo.
Consecuencia: puede alquilar y alquila por menos dinero que los que sacamos todas las licencias, cumplimos con TODAS las obligaciones burocráticas y pagamos todo lo que hay que pagar para mantener políticos que siguen sin resolver el problema. Por supuesto que con la crisis el turista no se lo piensa dos veces y se decanta por el más barato, claro después vienen las sorpresas, las decepciones en la calidad de lo que recibe y por supuesto se habla de la mala calidad del Turismo Rural, pero claro, ese es otro cantar.
Algún listo dirá: pero todo esto se solucionará cuando salga la LAU.
Pues señores, todavía no salió. Cuando salga (si sale) ya veremos con qué contenido, seguramente vinculado a los intereses de presión del lobbie de turno.
Por otra parte y lo más importante de dicha ley es su aplicación, ¿qué o quiénes serán los encargados de hacer cumplir dicha ley? Es un misterio.
Ahora bien, ¿como hacen los turistas para dar con estos chollos del turismo ilegal? Muy fácil, sólo tienen que buscar por ej. en el portal de turismo rural más importante (por visitas), Toprural, (o cualquier otro) ya que ellos publican alojamientos legales mezclados con los ilegales sin el menor sentido de la ética y ninguna autoridad los regula o los condena.
¿Porqué hacen esto los portales? Sencillo, porque ganan más dinero. Lo curioso es que muchos de ellos con todo el descaro se hacen llamar «referentes del sector rural», «apasionados por el turismo rural» y otras tantas maravillas dialecticas en las que en el fondo no les importa nada y lo más indignante es que los medios de comunicación lo saben y les dan alas, haciéndoles entrevistas o mencionándolos como ¡»referentes de sector»!
Una medida interesante para tener en cuenta o para haber debatido, hubiera sido la busqueda de una regulación donde se incluyan a los portales que viven de la publicidad que pagamos todos: los legales y los ilegales, para que dejen de anunciar a estos últimos. De esta manera si no tienen el medio para mostrarse difícil que puedan venderse. Pero claro, estos portales como es evidente perderían dinero y deberían ser ellos, los que se tendrían que devanar el cerebro para vender más, o vender «sensaciones» como nos quieren infundir a los que realmente trabajamos por y para el turismo rural. Ultimamente los portales que publican ilegales, se han defendido argumentando cosas como que «No se puede prohibir un sector que genera tanta ganancia», ya que son más que los legales. Pero es una trampa, ya que nadie habla de criminalizar ni de prohibir, hablamos de regularizar, de buscar la igualdad de condiciones, de generar una competencia leal. Así de simple. Trabajar para consolidadr la calidad de todo el sector, destapando la economía sumergida que en él se esconde para beneficio de todos los españoles. el intrusismo y sus defensores se escudan en que la normativa no es clara, pero yo me pregunto, ¿porqué no exigen que quien solicita la publicación en estos portales de turismo presente su IAE, los datos de su empresa o sus datos de autónomo? Creo que en eso no hay duda, la ley es clara. Y facturar sin tener ésto es ILEGAL. En muchos sectores comerciales para acceder a los proveedores hay que presentar la inscripción en el IAE. ¿Porqué en el turismo se puede publicitar cualquiera sin presentar nada, absolutamente nada?
La economía sumergida de España es la que nos está consumiendo. Debemos cambiar la mentalidad. No puede ser que todo aquel al que se lo comentamos nos diga, «pero eso siempre fue así.» ¿Esto es lo que queremos? ¿Esto es lo que somos?
Las personas que gestionamos el Turismo Rural somos en general pequeños empresarios, autónomos, micro Pymes de familias, que intentamos sortear el temporal con distintas iniciativas. Casas El Bulín pertenece a dos Asociaciones de empresarios de Madrid, MIREVEM y ATUSIMA. Gracias a esto estamos en contacto permanente con las verdaderas problemáticas del sector, y podemos afirmar que el intrusismo es la mayor de ellas.
Otras de las consecuencias del turismo ilegal sumado a la crisis, es que el sector tuvo que bajar sus precios un 20% y en algunos casos más. La oferta supera a la demanda ya que los ilegales son más que los legales. Hagan cuentas.
También reconocemos que existe mucha confusión y desconcierto de cuales son las opciones que tenemos para hacerle frente al intrusismo. Esto es lo que se tendría que haber debatido en ese congreso, ayudar con hechos reales a enfrentar a esta lacra.
Para ser concretos y didacticos: si su vecino esta alquilando una propiedad de forma ilegal, lo puede y debe denunciar, estos son los pasos:
Primero a la Dirección de Turismo de su Comunidad Autónoma. Le diran (como nos dijeron a nosotros): ¿y que denuncia? Pues bien, denuncio publicidad engañosa, ya que se hacen pasar por casas o apartamentos rurales y no lo son. ¿Con que pruebas?: copias de la publicidades que esté haciendo en los portales que todos conocemos, en las que se observa alquiler por periodos cortos y por número pasajeros.
Segundo, denunciar en el Ayuntamiento dónde tiene dicha propiedad.
¿Que denunciamos? Aqui hay varias cosas y depende de cada CC.AA. En Madrid, para realizar cualquier actividad turística hay que tener las licencias de Actividad y Funcionamiento. Pero, y esto es muy importante, en el caso de las viviendas para uso turístico, deben solicitar el cambio de uso. Sin estas licencias y el cambio de uso, no se puden pedir los permisos a Turismo por lo que no pueden alquilar por periodos cortos y por número pasajeros.
El Ayuntamiento debe pedir más pruebas y para esto convoca a la policía o a la guardía civil según corresponda para que levante actas cada vez que acuda al inmueble. Si el Ayuntamiento no hace nada (porque no le conviene políticamente), hay que denunciar también al Ayuntamiento por Dejación de Funciones.
Así es como luchamos con los ilegales del pueblo de La Hiruela. Esto representa muchos meses de trabajo con varios compañeros del sector y abogado mediante, cumpliendo las funciones de los políticos ineptos.
Es cierto que el turismo rural necesita subirse a la modernización tecnológica, profesionalizarse, ser competitivo con las nuevas herramientas que dicta el nuevo mercado, redes sociales, centrales de reserva, etc. Es el reto que todo empresario debe emprender solo, como en cualquier otro sector. Es una obviedad.
Volviendo al Congreso de Avila, y con respecto a las grandilocuencias de marketing de las que se habló, y de las que Kotler se hubiera tronchado, nos han dejado atónitos varios conceptos. Deben pensar que los empresarios del turismo rural somos ignorantes de poca o nula formación, y que escucharíamos a estos gurús con sus «innovadoras ideas» llenas de palabras huecas como que el turismo rural debía ser «auténtico». Irónico, casi una tomadura de pelo.
Según la acepción en el diccionario, Auténtico: «Que es cierto, verdadero, que está autorizado o legalizado y tiene valor oficial». Ahora mismo me estoy riendo. Por no llorar.
Así qué nos dijeron que debíamos «vender autenticidad, experiencias», ¿que bonito suena, verdad? Pero hay un detalle, el turismo rural no es un parque temático y como reza la acepción, para ser auténtico hay que validarlo desde la legalidad! ¡Otra vez!
Los clientes del turismo rural no buscan grandes experiencias. Lo que buscan es tranquilidad, descanso, tiempo en familia o con amigos. Simple verdad, pero claro algo había que decir, y si sonaba importante, mejor.
Sí es cierto, que los clientes ahora reclaman en su mayoría internet, porque está asociado no sólo al trabajo sino también al ocio, y esto debemos ofrecerlo. Pero amigos gestores o propietarios de alojamientos rurales, no se angustien, los turistas suelen ser felices con sólo encender una chimenea, para lo cual muchas veces solicitan instrucciones de cómo hacerlo y tú les puedes enseñar. Esto es la aventura. Una barbacoa casera, escuchar los pájaros desde el dormitorio, una senda autoguiada, el olor de las chimeneas del pueblo, todo esto es más que suficiente. Y para avalar esta argumentación, ahí esta El Observatorio del Turismo Rural que aporta más información sobre esta tendencia. Los resultados del estudio, basados en las respuestas de más de 10.000 viajeros, señalan que el factor desconexión-relax es la tercera motivación para practicar turismo rural. Así se ha señalado en un 66,3% de los casos y los encuestados de entre 20 y 30 años son los que más lo han valorado (77,6%). Por delante sólo se encuentran las motivaciones relacionadas con la oportunidad de compartir tiempo con familia, pareja o amigos (68,9%) y aquellas respuestas que hacen referencia al contacto con la naturaleza (67,7%).
Otro tema del que se habló fue de la fidelizacion, pues sencillamente no tienen idea.
El turismo rural tiene un bajísimo porcentaje de fidelización, ronda el 5%. Es absurdo perder tiempo y recursos en este sentido ya que el turista rural tiene la expectativa de conocer entornos diferentes cada vez. De modo que lo que tenemos que vender no son casas en el aire, debemos vender el entorno, la región.
También se habló de internacionalización, en fin más de lo mismo, si no arreglamos a la madre de los problemas, los extranjeros también se terminarán alojando en casas y apartamentos ilegales. De modo que no insulten nuestra inteligencia.
Otro tema del que nadie habló es el de la espectacular inversión publicitaria que debemos hacer para más o menos competir en desigualdad de condiciones con el ilegal, súmenle el dinero o el tiempo que se llevan las redes sociales y tenemos por ejemplo en nuestro caso, una suma de 15.000 € anuales. De esto casi el 85% se lo llevan los distintos portales que en el mejor de los casos tratan a la mayoría de los propietarios con desprecio y en el peor de los casos nos publican comentarios ruines y demoledores de supuestos clientes que no hay forma de saber quienes son y que destruyen la reputación y el trabajo que tanto nos cuesta mantener. Lo increíble es que en realidad les estamos financiando el pseudo-negocio, y parecen no ver que si se hunde el turismo rural, ellos se hunden con nosotros. O tal vez piensen que los turistas les pagarán sus nóminas.
El panorama de este sector es desolador, los que nos dedicamos al turismo rural debemos asociarnos entre nosotros, hoy más que nunca.
Hosteleros, restaurantes, Posadas, artesanos de todo tipo de cada región y/o pueblo deben trabajar juntos, unidos, todos para uno y uno para todos.
La clave, generosidad y solidaridad.
El lema: si traemos gente a nuestra región nos beneficiamos todos. Hoy duermen en mi casa mañana comen en la tuya.
Lo mismo funciona para combatir el intrusismo, les aseguro que se puede, con constancia, paciencia y organización, se puede. No tener miedo de denunciar, es nuestro derecho, y es nuestro pan.
Dentro de las acciones que se pueden realizar trabajando en equipo con otros compañeros empresarios pueden ser como las que hemos llevado a cabo nosotros: Casas El Bulín organizó hace poco y con mucho éxito un #sierrarinconblogtrip. Ahora seguimos trabajando en diferentes acciones para dinamizar toda la Sierra del Rincón y la Sierra Norte de Madrid, como organizar salidas al campo que terminan en un menú degustación.
Este es el camino.
Denunciar el intrusismo y trabajar unidos por nuestra zona.
Para concluir sobre este desperdicio de «congreso» de Ávila, podemos decir que a nosotros nos sirvió solamente para plantearnos organizar un Congreso de Turismo Rural, eso sí, el Primero realmente «auténtico y lleno de experiencias».
Y ahora no me río.
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