La economía social es una realidad muy importante en Europa que proporciona trabajo a más de 14,5 millones de ciudadanos europeos, lo que representa aproximadamente 6,5% de la población activa de la UE.
En países como Bélgica, Italia, Francia, España y Holanda representa entre el 9% y el 11,5% de la población activa. En el actual periodo de crisis socioeconómica, la economía social está siendo capaz de ofrecer soluciones innovadoras a favor de la cohesión e inclusión social, la
creación de empleo, el espíritu emprendedor y la promoción de la ciudadanía activa.
Las entidades de la economía social tienen una fuerte vinculación con la realidad local y son
capaces de comprender las necesidades sociales crecientes, ofreciendo soluciones adecuadas.
Históricamente, han contribuido a la creación de empleo y han establecido mecanismos para facilitar el acceso a colectivos de personas vulnerables al empleo, reinvirtiendo sus beneficios en la comunidad. Es precisamente por su impacto positivo en la sociedad, en el medioambiente y en los territorios por lo que las Instituciones de la UE han reconocido a la economía social como actor clave en la aplicación de la Estrategia Europa 2020 y en el objetivo del Acta de Mercado Único que establece ‘una economía de mercado social competitiva’.
Social Economy Europe, Memorandum Elecciones europeas 2014.