El 7 de abril de 2014 queda oficialmente inaugurado este nuevo recorrido cultural y medioambiental en el Municipio madrileño de Puentes Viejas.
La nueva ruta «Frente del Agua», tiene 9 km. y puede realizarse gran parte de la misma en coche, pero si prefieres caminar, su trayectoria te conquistará los sentidos, atravesarás bosques de grandes pinos que no te dejarán indiferente. Comienza en Paredes de Buitrago donde puedes disfrutar de las Casas Rurales El Bulín para descansar y recuperarte de la aventura que te propone esta senda.
Para el acondicionamiento de esta nueva ruta se han restaurado, documentado y señalizado 25 fortines, búnkeres y nidos de ametralladora ya que se trata de la mayor concentración de estructuras militares de ambos bandos conservada en la región. Está situada en un paraje natural de alto valor paisajístico.
Este proyecto es parte del Plan de Yacimientos Visitables de la Comunidad de Madrid.
La Comunidad de Madrid ha querido poner en valor este patrimonio arqueológico, que forma parte de la historia de España.
Acompañada por buena parte de los alcaldes de la zona, la Viceconsejera de Turismo, Carmen González, recorrió varias de estas 25 construcciones de muy diferentes tipologías que los dos bandos de la Guerra Civil construyeron con un propósito: dominar el agua que abastecía a Madrid, para así hacerse con el control de la capital. Este hecho, trascendente para el desarrollo de la guerra, hizo que ambos frentes realizasen importantes trabajos de fortificación que les permitiera controlar este recurso natural, construyendo en esta área geográfica una línea defensiva-ofensiva muy extensa.
Durante los años que duró la contienda este frente estuvo activo y conserva todavía una variada tipología de construcciones: observatorios blindados, fortines tipo blockhaus y cruciformes, paramentos y nidos de ametralladoras, miradores fortificados y trincheras. Son vestigios de gran importancia tanto para el conocimiento de las edificaciones militares y estrategias de asedio y defensa como del desarrollo histórico de la batalla.
Para la recuperación y rehabilitación de los fortines así como en la señalización de la ruta se han invertido 62.000 euros. Se colocarán, en total, 32 señales informativas e indicativas, que partiendo de Paredes de Buitrago, permitirán a los visitantes seguir el camino circular y conocer cada uno de los hitos del recorrido, que discurre por un bello bosque de pinos de la Sierra Norte de Madrid, que cubre lo que durante la Guerra Civil no era más que una colina conocida como Cerro Pelado.
En la segunda fase del proyecto, que se está realizando en este 2014, se creará una aplicación para teléfonos móviles que facilitará la orientación a los visitantes e incrementará la información de las señalizaciones.
Con esta iniciativa se pretende fomentar el turismo de calidad vinculado al disfrute de los valores históricos, patrimoniales y paisajísticos de Puentes Viejas, en los que se han integrado estos vestigios militares, de manera que se pueda ofrecer un patrimonio variado y abierto a multitud de actividades. De hecho la ruta de la Guerra Civil se integra en un conjunto de recorridos existentes en la zona –El Pinar de Casasola; El Picazuelo; Senda del Embalse de El Villar; o el Camino de los Descansaderos, añadiendo elementos históricos y culturales a los valores medioambientales, lúdicos y paisajísticos de este lugar.
La batalla del agua
Una manera práctica de obligar a una gran ciudad a que se rinda es cortarle el suministro de agua. Eso mismo es lo que pretendieron los soldados de Franco durante la Guerra Civil, que trataron de conquistar el pantano de Puentes Viejas, al norte de la capital de España. Pero las milicias republicanas se lo impidieron tras un largo y sangriento combate. De camino al pantano había una colina llamada Cerro Pelado, entre los pueblos de Paredes de Buitrago y Prádena del Rincón.
Los combates por esta colina fueron intensos. Los republicanos sabían que si sus enemigos la tomaban ya estarían casi en el pantano, por eso ofrecieron una resistencia numantina. Y tuvieron éxito.
Los franquistas no lograron conquistar el Cerro Pelado, que quedó dividido exactamente por la mitad entre los dos bandos: la cara sur, ocupada por los republicanos, y llamada “Loma Quemada” y la cara norte tomada por el ejército de Franco, conocida como “Loma Verde”. Ambos lados se fortificaron y no trataron de conquistar la zona opuesta durante el resto de la guerra. El Cerro Pelado y todo el sector de Somosierra se convirtió en lo que se llamaría un “frente dormido” hasta el fin del conflicto en 1939.
Precisamente destaca el puesto de mando franquista en la “Loma Verde”; un búnker en perfecto estado, en el que todavía se puede leer sin ninguna dificultad el nombre de la unidad que sostenía el frente en aquel sector: “Las 7ª y 8ª Centurias de Ametralladoras de Falange”. También en la zona republicana se pueden contemplar fortines y nidos de ametralladora en admirable estado de conservación.