Montejo de la Sierra
Montejo de la Sierra es un municipio español perteneciente a la comunidad autónoma de Madrid, situado en la denominada Sierra del Rincón. Se localiza al norte de la comunidad autónoma, lindando con la de provincia de Guadalajara, cerca de las montañas de Somosierra y dentro del Sistema Central. Su superficie es de 31,37 kilómetros cuadrados. El núcleo urbano se encuentra a una altitud de 1148 m. y se sobrepasan los 2000 m. en la zona norte del municipio.
El origen del nombre de Montejo proviene del hecho de encontrarse en zona montañosa. Con anterioridad se denominó Montejo del Rincón, parece ser que debido al nombre de un monte cercano.
El territorio montañoso, con vegetación compuesta por extensas praderas y bosques caducifolios y de coníferas. Además de poseer amplias zonas de robles y rebollos, destaca un bosque de hayas de gran interés, el llamado Hayedo de Montejo. Este espacio natural protegido constituye un importante atractivo turístico, que ha contribuido notablemente al desarrollo de la economía local.
El río Jarama discurre en su límite noroeste. El arroyo de la Mata divide el territorio en dos, de Norte a Sur, y, después de pasar cerca del núcleo urbano de Montejo, se une al río Lozoya, ya fuera del término.
Qué visitar
Iglesia de San Pedro In Cathedra
En el centro del pueblo, con una fachada que da a la Plaza Mayor y frente al Ayuntamiento, se encuentra la iglesia de San Pedro, iglesia Parroquial de Montejo de la Sierra. Está dedicada al Apóstol San Pedro. Es de estilo Barroco y fue construida entre los siglos XVI y XVIII.
En el interior de la iglesia, cuyas naves central y lateral están separadas por una desigual arcada de dos arcos, destaca, además de la capilla mayor y su techumbre de artesanado mudéjar con mozárabes, el retablo mayor, de estilo barroco y recubierto de pan de oro. Éste consta de tres calles separadas por cuatro grandes columnas ornamentadas con rocalla y en su hornacina central.
Fuente de los Tres Caños
La Plazuela es conocida, también, como La Plaza de la Fuente, porque allí se erige la de los Tres Caños, construida en el siglo XIX pero inaugurada por Clara Campoamor en la visita que realizó en 1927 y que sirvió hasta no hace tanto de abrevadero para el ganado.
Fuente del Arriero
Frente a la fachada Oeste de la iglesia, se abre una calleja, al fondo de la cual podemos encontrar la antigua Fuente del Arriero, un pilón de unos cuatro metros cuadrados y 1,5 metros de profundidad cubierto por un arco de medio punto realizado con sillares de piedra.
Esta fuente quizás sea la más antigua del pueblo y de su pilón, en el año 1905, era del que se abastecían los vecinos.
Ermita de la Soledad
Construida inicialmente en el siglo XVI y situada en la zona conocida como el Calvario por ser aquí donde finalizaba el Vía Crucis que antes recorría la cofradía más importante de Montejo, la de Vera Cruz, y que seguramente fue la constructora de este pequeño templo.
La ermita de la Soledad, de planta cuadrada y cubierta a cuatro aguas, tiene la puerta de entrada en la fachada Sur, en donde además dispone de un pórtico con cubierta a tres aguas levantada sobre pies derechos de madera con base de piedra. La puerta de entrada, con dintel y jambas de madera, y una pequeña ventana situada a su derecha son los únicos vanos abiertos en sus muros; ésta está formada por dos hojas de madera, con sendas ventanillas desde la que observar la imagen religiosa de su interior: una Virgen Dolorosa que sostiene a su Hijo muerto sobre las rodillas.
Ermita de Nazaret
La ermita de Nazaret ya era mencionada en el Libro de Montería de Alfonso XI, rey de Castilla entre 1312 y 1350, como Santa María de Nacerni. Dada la localización de la ermita, en una altura desde la que se contempla todo el valle, durante un tiempo se ha creído que aquí existió una antigua población en la actualidad desaparecida, una teoría que diversa documentación ha desechado en favor de la idea de haber sido exclusivamente un lugar de retiro espiritual.
La entrada a la ermita, que mantiene la orientación hacia el Este de las antiguas iglesias cristianas, se encuentra situada en su lado Sur, bajo una cubierta a tres aguas sobre pies derechos de madera, destacando en este lateral el único hueco de la capilla mayor formado por una ventana saetera con recercado de sillares.
Horno Suspendido
La cocina, al ser la única que disponía de calor, se articulaba como la pieza central de la vivienda, en la que se reunía la familia a realizar las tareas propias de la casa, comer, o solamente tener un agradable rato de conversación.
Las cocinas de estas viviendas contaban con los llares (fogones) en donde cocinar los alimentos y el horno en el que elaborar el pan, siendo un ejemplo de este último el Horno suspendido que vemos en la fotografía adjunta y que podemos contemplar.
Localización: Callejón que comunica la Avenida de Madrid con el Callejón del Turco. 28190 Montejo de la Sierra
El Hayedo
Dentro del término de Montejo de la Sierra se encuentra el Hayedo de Montejo de la Sierra, espacio protegido de la Comunidad de Madrid en relación a la presencia de hayas y robles longevos que encontraron en este espacio unas condiciones idóneas para la existencia de este bosque que representa el más meridional de la península.
El Hayedo de Montejo, cuyo comienzo se encuentra en una ladera cercana al nacimiento del río Jarama, se extiende a lo largo de 250 hectáreas de terreno situadas en los montes de El Chaparral y de La Solana, aunque es únicamente en el primero donde se encuentran manchas puras de hayedo.
Gastronomía
Cuando bajan las temperaturas, llega el momento idóneo para dejarse sorprender por la gastronomía tradicional serrana, mucho más apropiada para degustar una vez que ha pasado el calor de los meses estivales. Principalmente, se basa en platos calientes y contundentes, aunque de sencilla elaboración. Es el caso de los guisos de exquisitos Judiones de la Sierra, uno de los productos estrella que se cultivan en esta zona.
Con el frío del invierno, forman parte de platos contundentes y sabrosos. La manera más popular de tomarlos es en un exquisito guiso a base de judiones, patatas y carne de secreto ibérico y en otros platos de cuchara que llevan cientos de años elaborándose en la comarca y que aún prevalecen como en el que se acompañan de chorizo, tocino y morcilla, también se cocinan acompañados por mollejas. Es muy frecuente prepararlos en ensaladas tibias o frías con las ricas hortalizas que se cultivan en las huertas serranas, unas elaboraciones más actuales y ligeras. Una de las más típicas es acompañando los judiones con tomate, pimiento verde, cebolleta y huevo cocido.
Historia
Es probable que el orígen de la población, después de que apartir del siglo XII permaneciera despoblado, fuera a raíz de la llegada de pobladores de Robregordo, Somosierra y Colladillo en busca de prados para el ganado, aunque esto es sólo una hipótesis.
Lo que sí podemos afirmar es que en 1460 estaba integrado en el señorío de Buitrago, de la familia de los Mendoza, y que además compró el monte de El Chaparral, donde actualmente encontramos el Hayedo, a un caballero de Sepúlveda.
El sistema económico durante toda su historia ha sido la ganadería además de una agricultura de autoconsumo.
Su incorporación a la provincia de Madrid fue en el año 1833 dejando de pertenecer a Guadalajara. Como consecuencia del fin del Régimen Señorial, las Desamortizaciones y la desaparición de la Meseta, Montejo sufrió cambios en su economía abriéndose más a la agricultura dejando paso además a las primeras industrias como los telares, las dos minas de plata, los molinos harineros y la producción de carbón.
Durante el siglo XX la población sigue en augmento hasta alcanzar los 450 habitantes en la década de los 50 pero justo a partir de aquí Montejo sufre una gran emigración de sus gentes contabilizando 181 habitantes en 1981.
Actualmente a su economia ganadera por excelencia se ha unido también el sector turístico ya que el Hayedo atrae cada año a miles de visitantes.
Arquitectura
La arquitectura tradicional, al igual que otras manifestaciones populares, es un elemento que forma parte de la propia identidad de los pueblos, de lo que han sido y de lo que son.
Asi, todo el pueblo constituye un ejemplo de la arquitectura típica serrana: calles estrechas, casas bajas de piedra, corrales, hornos y huertos para consumo propio.
Adaptada a las necesidades de una sociedad rural, escasa de comodidades y sobria de costumbres, la vivienda rural tradicional respondió durante siglos con soluciones sencilla e ingeniosas, a las necesidades de las personas que en ella habitaban. Casa sobrias de aspecto tosco, pero con una excepcional adaptación al clima usando para ello los materiales puestos al alcance de la mano por la naturaleza.
De dos plantas, muros de piedra con adobe y sin enfoscar, ventanas pequeñas para proteger al interior del frío, Tras el portal, en la planta baja la cocina, la cuadra y el horno de leña (en el que se utilizaba normalmente encina). En la planta superior una sala con dos habitaciones forma la estructura básica de la vivienda tradicional serrana.