Robregordo
Robregordo un pueblo encantador que desborda naturaleza.
Robregordo se encuentra en la cordillera de Somosierra, al norte de la Comunidad de Madrid, a tan sólo 91km. de la Capital por la Autovía de Burgos (N-1), acceso en autobús desde Plaza de Castilla.
Con una extensión 22,3 km. su término es uno de los más accidentados, destacan los picos de Cebollera Nueva (1.832m) y Colgadizos (1.834m).
Limita al norte y este con Somosierra, al sur con Horcajo y al oeste con La Acebeda. La famosa Cañada Real Segoviana cruza el término y descubre el antiguo trasiego de ganado lanar por la zona.
Qué visitar
La Dehesa Boyal se sitúa en el margen izquierdo de la antigua Nacional I, a 400 m del casco urbano. Destaca por su gran valor paisajístico, rodeada de sierras en tres orientaciones y sorprende la nutrida presencia de aves que disfrutan de la variada y frondosa arboleda. Bosques poblados de robles, tejos, mostajos, cerezos silvestres (morriña), avellanos, abedules, sauces, endrínos, escarabajos, servales (de “cazador” espectaculares en otoño con sus llamativas bayas rojas), arbustos, piornos, retamas, maíllos (manzanos silvestres), majuelos y otras tantas especies que conforman un paisaje majestuoso.
El conjunto y armonía de olores y colores de Robregordo resulta impactante. Sus flores silvestres de primavera, violetas, lirios, campanillas, rosas, frondosos helechales y retamas son todo un espectáculo natural.
Completa todo este encantador escenario los conocidos “Acebos”, conformando un bosque único en todo el centro de España. Sus caprichosas matas en ocasiones llegan a ser arboleda, formando círculos o “aceberas” donde en su interior, aún hoy, se protege al ganado de las inclemencias del tiempo.
En la parte alta de Robregordo se encuentra el área recreativa “El Plantío”, espacio adaptado para la barbacoa y la fiambrera. También dispone de un campo de fútbol para disfrutar del deporte al aire libre. El Plantío es punto de partida de sendas señalizadas, para los que prefieren el senderismo y las rutas por la Sierra donde seguramente te puedes cruzar con un corzo, un jabalí o algún conejo.
Tan cerca de Madrid con tanta belleza que descubrir nada mejor que alojarte en las nuevas Casas Rurales EL BULÍN de Robregordo.
En otoño e invierno te cobijaran tanto con la calefacción como con las chimeneas (leña incluida) haciéndote vivir un pueblo lleno de espectáculos naturales.
Y en cualquier momento del año te recomendamos hacer rutas y sendas con una buena cámara de fotos, no olvides que estarás en el pueblo con el ¡mayor Acebedal del Centro de España!
Historia
La palabra “Robregordo” tiene su origen en los añejos Robles del lugar, fundado en tiempos de la Reconquista. Hasta el año 1967 dependió de Somosierra y su desarrollo económico fue continuo como punto estratégico de paso hacia Burgos y Bayona, para comerciantes y viajeros, por lo que se construyeron numerosas posadas, mesones y fondas.
En los años sesenta del siglo XX, la línea del ferrocarril Madrid-Burgos abrió una estación y se incrementó el turismo rural, más tarde se interrumpió el servicio y sorprendentemente ahora mismo está por volver a abrirse un trayecto turístico que terminará en la pintoresca estación de Robregordo.
Zona principalmente ganadera, donde el mantenimiento de la dehesas pastizales fue siempre prioritario, abundantes rebaños de ovejas, cabras, vacas, yeguas y caballos pastaban en sus campos.
En las tierras fértiles cercanas, cada vecino cultivaba pequeños huertos con verduras y hortalizas, sirviéndose del regadío. Un antiguo y cuidado sistema, que perdura hasta nuestros días y puede apreciarse en toda su geografía, recoge el agua del río que atraviesa la dehesa en el sitio que llaman “La Madre”. Se canaliza mediante regueras al aire libre en una distancia de 2km. hasta llegar al pueblo, donde se distribuye por acequias (hoy en día canalizadas en su mayor parte), que reparten el agua por todas las fincas y huertos. Estas aguas, que surcan el recinto urbano, se utilizaban además para lavar la ropa, el aseo personal, etc… En la limpieza, conservación, mejora y evacuación de este sistema, participaban todos los hombres del lugar, siendo esta prestación personal y gratuita, costumbre que se mantiene hasta nuestros días, recibiendo el popular nombre de “hacenderas”.
El principal valor de Robregordo es su entorno plagado de ricos recursos naturales. En otoño se recogen setas de cardo, hongos silvestres que crecen bajo los helechos, boletus y níscalos, entre otras variedades. También podemos encontrar en cualquiera de las rutas y sendas, frambuesas, fresas silvestres, moras, endrinas, avellanas, etc… Además podemos observar verduras silvestres como los espárragos, achicorias, pamplinas, berros, tomillos y romeros que aromatizan nuestra marcha.
Dice el refrán, “no hay fuente sin arroyo”, y así es, en Robregordo la riqueza de la vida lleva consigo el agua. Por la zona más septentrional tenemos el arroyo “Santo Domingo” y “La Umbría” y las salidas de “Hoyo Redondo” y las “Lagunas de Majafrades” se juntan en “Los Arroyos”. Un poco más abajo de “La Madre”, en “Las Presas”, salen “El Güerra” y “Los Cambronales” que recogen el agua de la dehesa y el vertido de Somosierra. Corriente abajo por el oeste sale “Valdelacasa” y “Cardosillos”, donde se forma el río Madarquillos, famoso por sus finas y sabrosas truchas. Por el este, paralelo al pueblo, discurre el arroyo “El Valle”.
Arquitectura
Su arquitectura rural, como la de toda la Sierra Norte, está condicionada por la climatología. Las lajas de pizarra, la piedra, el adobe y la madera son el material básico utilizado para las viviendas logrando así abrigarse de los rigores del invierno.