Valdemanco

Enclavado en las estribaciones de la Sierra de La Cabrera, de Valdemanco destaca el perfil y morfología granítica sin olvidarnos de sus panorámicas dada su altitud.

Es el hombre y la búsqueda de recursos el que ha modelado el paisaje de esta parte de la Sierra. Su pasado ha estado dominado por la ganadería, seguido en importancia por la agricultura. Es por ello la aparición de pastizales, que aportaban la comida para el ganado, y numerosas huertas familiares ricas en frutales como la vid, manzanos, cerezos, nogales, higueras…

El aprovechamiento de la madera para calentar las casas ha hecho aparecer tras la desaparición de arboledas jarales y aromáticas como el romero o el cantueso. La altitud y la situación cardinal ejercen igualmente su influencia en la heterogeneidad vegetal que podemos encontrar: en el sur predominan las encinas y su flora acompañante: retamas de escoba, rosal silvestre, arce de montpelier y enebros entre los más destacados; y en la parte norte robledal y algunos ejemplares sueltos de madroño y alcornoque.

Los cursos fluviales cambian esta vegetación por especies que prefieren suelos húmedos y hundir sus raices en terrenos encharcados para vivir. Así encontramos bosques de galería siendo los alisos y los fresnos y sauces los que realzan su belleza, siempre acompañados de pequeños arbolillos como el arraclán y de zarzales. Sin olvidar las mentas, el poleo y otras plantas singulares de zonas húmedas.

Qué visitar

Merece la pena visitar su moderna iglesia parroquial de Nuestra Señora del Carmen y recorrer el caserío de la localidad, una muestra de la arquitectura popular de la zona. Conserva su potro de herrar y ha levantado un monumento a los canteros.

Los riscos graníticos de la sierra de La Cabrera ofrecen un fuerte contraste con las verdes laderas del Mondalindo. La Cañada Real segoviana que viene desde Bustarviejo cruza por Valdemanco. Por estos parajes hay jabalíes, zorros y corzos.

Es digno de mención el Taller-Museo Luis Berrutti, un auténtico museo de esculturas al aire libre de este artista de origen uruguayo (Montevideo, 1941), polifacético artista empeñado en construir un universo corpóreo que aúne arte y naturaleza. Sus esculturas cubren un inusitado espectro: viajeros esperando en el andén, el jinete, un vigoroso bestiario, gente que sube por la escalera… A Berruti le entusiasmó el paraje, después de vivir en Montevideo, Paris, Madrid, Barcelona, Ibiza, Toledo… El Ayuntamiento de Valdemanco recalificó los 30.000 metros cuadrados en la pequeña carretera los enebros, robles y encinas que cobija este extraordinario jardín de piedra y hierro reciclado, y que ahora acogen este singular equipamiento.

Gastronomía

La gastronomía actual que podemos encontrar en Valdemanco no escapa a las tradiciones de la Sierra Norte de Madrid, donde los platos de cuchara y los asados se coronan como reyes de las cartas.

Historia

Sobre el origen del nombre del pueblo circula una leyenda muy difundida que lo vincula a su fundación, en el siglo XVI, por un vecino de Bustarviejo llamado Juan Valdés y apodado «el manco» que, no pudiendo dedicarse a las labores del campo, construyó una venta, a cinco kilómetros de su pueblo. Sus hijas se casaron con hombres de Bustarviejo y construyeron sus casas junto a la de su padre.
Iglesia de Valdemanco.

El primer documento histórico en el que se encuentra una referencia a Valdemanco es el Libro de la Montería que data de 1312 a 1350. En él se habla del Valle del Albate y de la Casa de Muño Manco, lo que conecta con la leyenda popular, pero adelantando el origen en dos siglos.

En los siglos siguientes numerosos textos acreditan la existencia de Valdemanco como conjunto de casas dependientes de Bustarviejo. La historia de ambas está durante mucho tiempo, estrechamente relacionada. En 1926 Bustarviejo fue declarada Villa y junto con sus anejos Navalafuente y Valdemanco consiguió su independencia respecto a Segovia, ciudad de la que dependía por estar integrada en su Comunidad de Villa y Tierra.

En 1840, siete años después de la estructuración en provincias del territorio español y de la asignación de Bustarviejo a la de Madrid, la regencia del reino decretó la emancipación de Valdemanco que constituyó ayuntamiento propio. En estos tiempos el pueblo contaba con 92 casas de construcción pobre distribuidas en una plaza y varias calles. Contaba también con Ayuntamiento y escuela privada. La población ascendía a 400 habitantes dedicados a las actividades agrarias (huertas, frutales, cereales,…) y a la cría del ganado. En 1910 la población había descendido a 343 habitantes y la situación urbana y económica se mantenía sin variaciones.

En las décadas siguientes se construyó la línea de ferrocarril Madrid-Burgos que atravesaba la Sierra de La Cabrera, pasando por Valdemanco y el Valle del Lozoya. La influencia para Valdemanco fue más comercial que turística. El apeadero se cerró al poco tiempo, pero el ferrocarril se utilizó para dar salida al producto de las canteras de granito de la zona. Desde ellas se abastecían las numerosas obras públicas que se realizaban en Madrid. Las canteras, grandes pozos a cielo abierto, producen un gran impacto ambiental y paisajístico.

En los años 50 del siglo XX llegó el alumbrado público y se construyeron algunos edificios de granito que mejoraron la imagen del pueblo. El pueblo contaba con 383 habitantes. Después de dos décadas de emigración hacia Madrid, se inició desde 1975 una recuperación.

Fiestas y tradiciones

FIESTAS DE INVIERNO:
Carnavales. Fiesta para todos, siendo el personaje destacado la vaquilla. Esta fiesta pagana nos recuerda que el invierno ha finalizado y comienza la primavera. La fecha en el calendario varía cada año, pues se celebra 40 días antes del Domingo de Ramos. La organizan los quintos de cada año, y la vaquilla la corren el lunes de carnaval las quintas, el martes por la mañana los quintos y el martes por la tarde los casados del año anterior. La vaquilla es adornada con pañuelos para ser paseada por las calles del pueblo por las mozas que van vestidas con enaguas blancas y pañuelos, portando hojas de berzas en las manos. Con algarabía de cencerros persiguen a grandes y pequeños. Mediante un disparo se produce la muerte de la vaquilla y es entonces cuando las mozas invitan a todo aquel que desee a beber la «sangre de la vaca» (por supuesto no es sangre, sino vino o sangría).

FIESTAS DE PRIMAVERA:
El mayo va desde la noche del 30 de abril al 1 de mayo. Los mozos del pueblo se acercan a los bosquetes del pueblo para escoger y talar el árbol más alto (generalmente un álamo) que después plantarán en la plaza del pueblo permaneciendo todo el mes de mayo. Tradicionalmente durante estas fechas los mozos se declaraban en rondas a las mozas, retamando (adornando con ramas de retama) sus balcones y casas.

FIESTAS DE VERANO:
Ntra. Sra. del Carmen el 16 de julio y San Roque el 16 de agosto. Son las fiestas más concurridas del año. Durante estos días se celebran diversos actos religiosos (se ha recuperado la procesión nocturna de San Roquillo el 17 de agosto) e igualmente actividades para todos los públicos desde los más pequeños hasta los más mayores; concursos, juegos, actuaciones musicales nocturnas que se prolongan hasta la madrugada, y concursos (juegos tradicionales como «la calva»).

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